Aquellos que estén considerando la vela como un deporte sencillo y piensan que no requiere mucho esfuerzo o aquellos que creen que los barcos de vela no pueden navegar a altas velocidades, tal vez deberían echar un vistazo a este vídeo.
Vientos muy fuertes, mares en borrasca y condiciones climáticas adversas representan una seria amenaza para los que están literalmente «en alta mar», independientemente del tamaño del barco. Con olas de tormentosas se arriesga perder cada punto de referencia, quedando a merced del mar y el clima.
El mar puede ser implacable, y a veces exige su tributo.
El primer fragmento de vídeo, disponible gracias a la valentía de un piloto y un camarógrafo, registran la Brindabella a merced de un mar embravecido. Era el año 1998 y era el Sydney – Hobart Yacht Race. Una inesperada caída en la presión atmosférica causó la formación de un ciclón tropical, que trajo consigo vientos que soplaron a una velocidad de 70 nudos (aproximadamente 130 km / h).
Las consecuencias fueron dramáticas: sólo el 44 yates de las 115 tripulaciones participantes pudieron completar la carrera, 5 se hundieron y 6 marineros perdieron la vida trágicamente.
Estos tristes acontecimientos llevaron a los organizadores de la carrera a aumentar la edad mínima de los participantes y requerir más experiencia. Pero no siempre es así. Verdaderos profesionales son capaces de hacer frente a situaciones extremas con la cabeza alta y la sangre fría, manteniendo la concentración y logrando maniobrar sus barcos a pesar de la adversidad.
Reflejos preparados, coordinación y una gran maniobrabilidad, de las cuales es posible admirar ejemplos notables en el video, pueden hacer una diferencia.
Adrenalina pura, apasionante!
Gracias por compartir tanta emoción