El Daydreamer, el barco de la redacción, es una vieja dama de los años 80, pero monta válvulas Guidi en su fontanería desde 2015. En 2019 publicamos un editorial contando la situación en la que se encontraban estas válvulas después de 4 años de honorable servicio. Hoy, después de otros 2 años y unos cuantos miles de kilómetros, queremos volver a compartir esta experiencia con vosotros. No es que una válvula sea algo tan emocionante como para marcar la diferencia, se podría pensar que una válvula es tan buena como otra, pero no es así en absoluto.
Subí a bordo sin haberlos visto nunca y sin conocerlos, salvo por su nombre, pensando que después de seis años de estancia en una sentina muy húmeda me encontraría con una situación bastante pesada (sospechaba que no habían sido cambiados por el muy diligente Ugo Soldi de Continental Marine, que mantiene nuestro Comet 460 Daydreamer cada año). En cambio, me sorprende tanto el aspecto, que está casi como nuevo, como el funcionamiento, que es siempre fluido y suave.
Por eso, al final, no es cierto que una válvula valga lo mismo que la otra: es una cuestión de desinformación, en el sentido de que si ignoras la existencia de un producto, seguirás usando quizás uno mediocre sólo porque estás acostumbrado a él, ¡y eso es una verdadera pena! Una vez descubiertas las ventajas de esta pequeña innovación de Guidi, no hay vuelta atrás.
En estos casos, la indicación del estado abierto o cerrado debe ser clara y claramente visible, para eliminar la posibilidad de error al utilizarlos en un crucero. El número de kilómetros no fue suficiente para poner en dificultades a los Guidi y me pareció muy cómodo utilizarlos con un movimiento giratorio en lugar de una palanca.
Pero demos un paso atrás para aquellos que sólo están leyendo ahora y se han perdido el primer editorial. Veamos en detalle cómo se fabrican estas válvulas, que en el Daydreamer son de dos tipos: la primera es la Alex 2260, una válvula amparada por una patente exclusiva, antibloqueo, de vía recta con dos manguitos opuestos y obturador ortogonal. La segunda es la válvula antiatasco 2210, que también está construida con una vía recta interna para no ofrecer ninguna resistencia al líquido que fluye. Las superficies metálicas internas de bronce han sido tratadas para evitar la formación de incrustaciones y, por tanto, también para evitar el bloqueo. Un émbolo de seguridad en el pomo de cada válvula permite bloquearla al cerrarla o abrirla para evitar su manipulación accidental. Pero la verdadera innovación en esta familia de válvulas es el tipo de funcionamiento por rotación y no por palanca, como estamos acostumbrados a ver tradicionalmente. El cabezal giratorio, mediante una caja de engranajes, acciona una válvula de compuerta interna con un movimiento que siempre se mantiene suave y liso, incluso después de años de uso o incluso sin uso. Además, tanto en el antibloqueo 2210 como en el Alex 2260, una ventana proporciona una lectura clara de Abierto/Abierto o Cerrado/Cerrado para un funcionamiento a prueba de errores. Adecuadas para todos los tamaños de buques, las válvulas Guidi están aprobadas por RINA, las Alex 2260 están disponibles en pasos de 3/8″ a 2″ y las Antiblock 2210 en 1/2″ a 4″.
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