Denecia-Approdi-Pandemia

Diario de a bordo de los soldados: «Denecia Approdi nella Pandemia»

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Seguir siendo humano a través de la memoria, volver a recorrerla en retrospectiva: «Denecia Approdi nella Pandemia» (Mursia, p. 210) de Roberto Soldatini registra esta introspección altruista desde una perspectiva privilegiada como es la del mar y la navegación de recreo.

Denecia-Approdi-Pandemia-3Denecia Approdi Pandemia El gesto literario del autor se realiza en un momento verdaderamente inédito para cada uno de nosotros, el de la pandemia. Denecia, un velero diseñado para los bajíos por Bill Dixon, es un testigo abstracto y una maravilla de potencial.

Una domus marítima en la que Soldatini vive la primera parte del encierro, para luego convertirse en un «pirata de la libertad«. Navega en el Mediterráneo a barlovento, poniendo su proa en radas y puertos gobernados que le niegan el acceso.

Gitano del mar por elección, Soldatini está atrapado por la engorrosa burocracia que lo aplasta y castiga.

Todo ello precede al encierro, el momento en que la libertad se combina paradójicamente con el encarcelamiento. Y el Estado, protector, interviene para modificar los paradigmas del reino de los libres.

Soldatini está allí en el comedor del Denecia. Asiste a la crónica de la emergencia sanitaria, experimentando cruelmente las sensaciones superpuestas que devienen en lo peor que no tiene fin.

Salva su amor. No estará solo a bordo del Denecia. El instinto de su compañero insiste en que no se aleje de quien le ha prometido amor eterno. Es el sentimiento entre dos hombres que no se sellará contractualmente porque la pandemia también detiene las uniones civiles.

Ya con la oposición de la moral burlona y conservadora, «el amor no está incluido entre los motivos de autocertificación«. Un amor que se ve frustrado por las normas bárbaras que dan lugar a acontecimientos que separan a unos, mientras unen a demasiados otros al mismo tiempo.

Denecia-Approdi-Pandemia-4Denecia Approdi Pandemia El encierro es esa experiencia de arresto domiciliario, universal, en la que la humanidad se redescubre a sí misma, a la familia y a las viejas costumbres que hay que vivir todo en la única dimensión del hogar. Pero este no es el caso de Soldatini. Músico de profesión y escritor, gracias a la (sabia) decisión de fijar su residencia a bordo del Denecia hace más de diez años.

En invierno, Soldatini está atracado en los puertos napolitanos, en verano está siempre de crucero, sumando millas náuticas a su cuaderno de bitácora. «Denecia Approdi nella Pandemia» es la experiencia vivida de todo esto y además la modificación despiadada de todo esto. Bien afilado por las restricciones de emergencia.

Todo ello, recombinado en el libro, es una mezcla de buen y mal tiempo, transmitido a través de la intimidad y la lucidez que sólo el cuaderno de bitácora puede expresar.

Denecia Approdi nella Pandemia, libertad en el mar

«Este libro mío quiere ser un elogio a la vida y a la naturaleza con la esperanza de que pronto podamos volver a navegar todos juntos por el maravilloso mar de la vida«, Soldatini con su deseo premonitorio sabe que el drama se cumplirá.

Denecia-Approdi-Pandemia-1Denecia se acerca a la pandemia Pero el suyo es un punto de vista esperanzador. Los primeros meses de la pandemia, del paciente 1, los desafortunados acontecimientos de Bérgamo, la huida de las masas de Milán hacia el sur: todo se observa en la plaza de Denecia atracada en el muelle en una cautelosa espera. Hasta que las reglas del juego del sufrimiento cambien y «los que viven en el barco puedan zarpar«. El Denecia zarpa, Soldatini se reunirá con su amigo el armador, pero no antes de las dificultades que le valdrán las páginas de los periódicos, porque ese positivo «se puede salir al mar» no es aparentemente válido. O al menos no lo es para todos, y así lo quiere la burocracia incierta.

Con «Denecia Approdi nella Pandemia«, es la primera vez que se cuenta la pandemia desde el punto de vista de un barco que navega por los puertos del Mediterráneo desde Italia hasta los Balcanes occidentales.

«Las nubes se disuelven como por arte de magia, y nos parece que el cielo y el mar nunca han sido tan azules como hoy. Somos los únicos en este mar y desplegamos nuestras velas como si fueran alas, y la sal en nuestros labios, robada a las olas y llevada por el viento, tiene el sabor de una libertad que incluso podemos respirar«, escribe Soldatini.

Es ese reino de la libertad, con sus facetas perennes y cambiantes, al que quizá nunca lleguemos finalmente.

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El enlace al libro está disponible aquí.

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