Eliche Radice: «Made Inside», de la fundición a la hélice

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helices navalesEliche Radice tiene una historia que comienza en 1919, una época lejana en la que la artesanía se demostraba sobre todo en la capacidad de concretar lo que sólo era imaginable: un mundo diferente del actual, sin ordenadores personales, sin gráficos, sin estudios detallados al milímetro. Lo que marcaba la diferencia era la experiencia, la destreza manual y el espíritu de adaptación.

En este contexto, la familia Radice, con gran visión de futuro, empezó a construir el éxito que hoy la ve reconocida en el mercado como líder en la producción de las famosas hélices, pero no sólo. Hoy, de hecho, en los 50.000 m² de superficie, de los que 15.000 m² están cubiertos, y gracias al trabajo de 85 empleados especializados, Eliche Radice se ocupa de toda la producción de los distintos componentes de todo el sistema de propulsión, cuidando meticulosamente el desarrollo y la producción de cada elemento.

La empresa se fundó en 1907″, nos cuenta Luca Radice, Director General de Eliche Radice S.p.A., «aunque se registró después de la Gran Guerra, cuando mi abuelo regresó del frente: de ahí el famoso 1919. El abuelo de mi abuelo hacía maquetas para Breda y Ansaldo, que entonces fabricaban hélices. Tuvo la intuición de pensar que si las hacía para ellos, también podía hacerlas para sí mismo.

Así nació Eliche Radice tal como la conocemos hoy. Mi abuelo y su
hermano, mi padre, junto con su primo, que entretanto se había incorporado a la empresa, estudiaron y desarrollaron inversores y cajas de cambio para los motores Alfa utilizados en los barcos de carreras de la época. De ahí surgió la idea de desarrollar también líneas de ejes.

En 1980, cuando me incorporé, la empresa se encontraba en una fase de desarrollo tecnológico».

helices produccionTodo empieza en la fundición, el corazón incandescente que moldea el material hasta convertirlo en parte de un mecanismo perfecto que garantiza a las embarcaciones velocidad, estabilidad y todas las prestaciones que buscan los clientes de los más variados sectores navales: 600 toneladas al año son las que se procesan en continuo, lo que la convierte en una de las empresas más avanzadas y evolucionadas tecnológicamente del sector, avalada por el estudio de expertos y técnicos que han pasado por sus paredes a lo largo de un siglo de historia.

Todavía estábamos al principio de la era informática, y aún utilizábamos faxes y telegramas«, continúa Luca Radice. «En el departamento técnico, aún teníamos un ordenador con tarjetas magnéticas para hacer los cálculos. Pero en 1981-1982 llegó el primer ordenador con monitor, el famoso M20. Fue entonces cuando empecé a transformar los programas de tarjetas a algo más tecnológico.

Más tarde, introdujimos las primeras máquinas CNC que funcionaban con software y cintas perforadas. Desde entonces, no hemos dejado de progresar hasta las máquinas que tenemos hoy. Muchas de estas máquinas fueron diseñadas y fabricadas internamente. En términos de inversión tecnológica, cada año introducíamos algo nuevo para mejorar la producción, la velocidad y la calidad. El verdadero salto se produjo hace seis o siete años, cuando introdujimos una nueva fundición para satisfacer la creciente demanda de hélices de baja tolerancia. Esto supuso una inversión de varios millones de euros en maquinaria, incluidas cuatro nuevas máquinas CNC para la producción de hélices. Actualmente tenemos 14 de estas máquinas, dos en un centro de mecanizado aquí y otras dos en otra fábrica’.

fundicion helices 

Todo ello para llegar a un nivel de diseño muy refinado que permite dos tipos de producción: una estándar, con hélices y componentes siempre almacenados en el almacén, y otra «a medida», cosida en torno a los requisitos específicos del cliente, para satisfacer todas las demandas de un mercado en constante evolución.

En esta cadena de precisión interviene todo el sistema de propulsión: hélices tractoras o de hélice de paso fijo, para los sistemas direccionales, palas y bujes para las hélices de paso variable, ejes de hélice y sus soportes, juntas, obenques fijos o direccionales, bujes lubricados por agua y timones.

Realizar esta increíble variedad de componentes, en cantidades muy grandes, es un reto en sí mismo, pero hacerlo elaborando cada diseño individual y desarrollando directamente los programas de cálculo, es otra historia.

Se examinan todas las alternativas, con el objetivo último de alcanzar la perfección en cuanto a posibles soluciones de número de palas, área de disco (DAR) y relaciones paso/diámetro (P/D), teniendo siempre en cuenta los criterios de eficiencia, ruido, vibración y cavitación.

Cada diseño de hélice es el resultado de años de meticulosa experimentación directa. El departamento de diseño desarrolla directamente programas de cálculo que, examinando todas las alternativas posibles, son capaces de ofrecer las soluciones más eficientes. 

En cuanto a los valores de la empresa», concluye Luca Radice, «Eliche Radice siempre se ha centrado en la excelencia técnica y la calidad de sus productos. Estamos orgullosos de nuestra tradición artesanal italiana y de los conocimientos técnicos que hemos desarrollado a lo largo de los años. Nuestra filosofía es proporcionar hélices fiables, de alto rendimiento e innovadoras que satisfagan las necesidades de nuestros clientes».

Eliche Radice
También prestamos gran atención a la sostenibilidad medioambiental. Hemos invertido en investigar y desarrollar soluciones que reduzcan el impacto medioambiental de nuestra producción, como la adopción de materiales más ligeros y sostenibles y la optimización de los procesos de producción para reducir los residuos y las emisiones de CO2. Nos comprometemos a contribuir a un futuro más limpio y sostenible desde el punto de vista medioambiental para la industria náutica.

Por último, nos comprometemos a mantener una relación de confianza y colaboración con nuestros clientes. Estamos a su disposición para ofrecerles asistencia técnica y asesoramiento personalizado con el fin de ayudarles a encontrar la mejor solución para sus necesidades específicas. La satisfacción de nuestros clientes es nuestra prioridad y nos esforzamos constantemente por superar sus expectativas».

Y puede que al final todo esté ahí. La atención al cliente, la pasión por el propio trabajo, las sonrisas de celebración así como el desánimo del fracaso, los ojos siempre puestos en el futuro, en el próximo reto. Era cierto hace cien años y sigue siéndolo hoy, cuando sólo aquellos que extraen su artesanía de los valores arraigados del pasado pueden mirar con orgullo al futuro.


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